El inicio de mi vida adulta, empezó condicionado por una enfermedad de base que fue detectada en mi adolescencia. A la desorientación normal que se puede tener a esa edad, le sumaba la incertidumbre, propia de esta limitación.
Eso me hizo recorrer muchos caminos, primero sumando frustraciones, luego aceptación y finalmente aprendiendo cada vez más, a sacar el máximo de cada experiencia.

Con el tiempo fui descubriendo, que mi problema crónico se estaba transformando menos en una limitación y mucho más en una ventana privilegiada al aprendizaje sobre mí y sobre mis pares. Una de las grandes escuelas fue siempre el cariño y la entrega de mi familia, mis amigos, y mis compañeros de tratamiento. Quienes junto a los médicos y trabajadores de la salud, me empujaron a romper barreras y resultados estadísticos.
Ellos me acompañaron en mis 16 años en diálisis, 13 cirugías y cientos de estudios de todo tipo y complejidad, y ahora mis 14 años de trasplantado renal..

Desde hace 30 años me desempeño en tareas relacionadas con el desarrollo y liderazgo de personas. Durante gran parte de ese tiempo desde diferentes actividades comerciales, y ya desde hace unos años profundamente comprometido con este objetivo.
Para ello he ahondado en herramientas como la PNL, Inteligencia emocional, meditación ,  neurociencias, coaching ontológico y terapia comunicacional.

Tengo una pasión personal por tratar de ver lo importante sobre lo cotidiano, sobre todo en momentos en que los problemas ahogan la energía que permitiría sobreponerse a los mismos. También pienso que el siguiente paso evolutivo será que, “la competencia”, como motor de desarrollo, sea reemplazada por uno mucho más poderoso. “La cooperación” .

Actualmente desarrollo la Terapia Comunicacional, una herramienta que aglutina todo lo aprendido en mi vida y que me permite acercar a las personas desde una visión más amplia, dinámica y efectiva. Y así continuar con mi vocación y propósito de vida, que es acompañar a las personas a lograr los cambios que deseen en las suyas.

Por último, tengo la firme convicción que la Felicidad es un camino que elegimos, y no un hecho fortuito del destino. Solo tenemos que alinear nuestras creencias con nuestros objetivos y nuestras emociones.

Esteban Pereyra